Mis dudas sobre el DCI

Para todos los que lleguéis a este blog con la genuina intención de ejercitar el músculo de escritor (es decir los que no lo habéis echado un vistazo sólo porque sois mis amigos) quiero deciros un par de cosas obvias. Los ejercicios son para hacerlos, no para reflexionar sobre su posible utilidad. Esto que puede parecer una tontería, puede ser una estrategia  más para evitar enfrentarse a la tarea de escribir. Es cierto que por el momento no he ofrecido muchos ejercicios en este blog y no hay mucho donde elegir pero seguro que eres capaz de adaptar alguno o inventarte el que te vaya mejor para, simplemente, escribir sin parar. Cuando asistes a un taller de escritura creativa, no te queda más remedio que hacer el ejercicio que se te pida aunque no te parezca el mejor del mundo;  y  si has estado evitando escribir, la situación  de verte obligado a escribir, en sí, está bien.  Frente a este blog, puedes decidir no hacer nada. Pero si quieres escribir, dale un voto de confianza a alguno de los ejercicios de escritura automática, fíjate un tiempo 1, 3 ó 5 minutos y escribe hasta que se te acabe el tiempo  (o el fuelle) como si estuvieses en un taller del que no te quieres escapar.  Tienes que mostrarte inflexible con ese monstruo que podríamos llamar el Cínico Evitador (CE) que actúa en connivencia con el Despiadado Crítico Interior (DCI) Si les mantienes a raya  no me cabe duda de que  encontrarás frases, temas, personajes y tonos sobre los que seguir escribiendo.